27.2.07

De lo sublime a lo ridículo

Después de haber hecho historia al lograr nominaciones y premios en los principales festivales de cine a nivel mundial, entre ellas las recientes siete nominaciones para los Oscar, incluyendo mejor dirección, mejor guión y mejor película, dos de los principales creadores de la película Babel celebraron ofreciéndonos a todos un vergonzoso espectáculo. Desde hace algunas semanas la prensa ha señalado el fin de la colaboración entre González Iñárritu, director, y Guillermo Arriaga, guionista, luego de haber dado origen a tres, a mi gusto, excelentes películas: Amores Perros, 21 gramos y Babel. La causa: diferencias en la concepción de lo que es la autoría de una película. Ambos se acusan de pretender asignarse un mérito mayor al que tienen en la creación de la trilogía, y han reconocido que sus desavenencias son tales que ya no trabajarán más juntos. Arriaga denuncia, además, en una entrevista publicada por la revista Chilango, que el director lo aisló durante el rodaje de Babel, cuyo guión no respetó por completo al final. González Iñárritu contestó enviando una carta, un día después de la entrega de los Oscar, en la que lo acusa de no saber trabajar en equipo. ¿Qué sigue? ¿Ir a darse de cachetadas en un programa al estilo Cristina? ¿Qué quieren? ¿Para eso querían ser nominados al Oscar? ¿Para aprovechar los reflectores y dar a conocer sus reacciones marca telenovela mexicana? Detrás del desacuerdo existe un problema legítimo. ¿A quién, y en qué proporción, pertenece la autoría de una película? En esto, para colmo, director y guionista están de acuerdo. El cine es un arte que se hace en equipo, y el crédito es de todos. Pero igual se acusan como comadres. El escritor, porque a Iñárritu se le escucha hablar de las películas como "mi trilogía". Y el director, porque Arriaga pugna por un mayor reconocimiento del rol del guionista (y otros que participan en la realización de una película) en la indicación de los créditos. Al final, la falta de elegancia reside en dejarse arrastrar por la intención mediática de ver el brillo de tanto reconocimiento mancharse de sangre o, al menos, de tinta malsana. Dos creadores de esa talla merecen la capacidad de conducirse con más porte. En lo personal me quedo, si hay que tomar partido, con la declaración hecha por Arriaga al enterarse de la carta de Iñárritu: "Mi postura es similar a la del Congreso de Guionistas que se celebró estos días en Europa, que reivindica el trabajo de los escritores para que en los créditos no aparezca: ´Una película de...´, sino dirigida por, fotografiada por, escrita por... Una película es de todos y no tenemos por qué reducirla al crédito ´una película de...´." Excelente respuesta, embarrada luego por un comentario que podría haber salido de una novela de Ernesto Alonso, actuada por Ageliquitita Vale: "Alejandro nunca dice; ´Nuestra trilogía´, sino ´mi trilogía´."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya Gastoncito..ya pasó..ya pasó......

Anónimo dijo...

juro que cuando lleven al cine la novela que aun no termino de escribir, no haré menos que agarrarme de la mechas con el puto director que no diga que Pintura Boli es la autora de la "mujer metraleta ta ta ta "

Anónimo dijo...

los mexicanos constituímos, a nivel mundial, una importanfuente de emisón de Pancho. Por donde pasamos tenemos que armar pancho, tirarse al drama, dejar tufo a telenovela. La maledicencia es nuestro deporte nacional. País de chirinoleros.