13.4.07

Ofrenda Huiqui

Emocionado por la publicación del Manifiesto de la Literatura Huiqui, quiero sumarme a la celebración con el siguiente huiquitexto:



levítico.moisés.gastón_lhe.wiki


Llamó a Moisés y le pidió que se sentara en una banca de madera, hecha del tronco de un árbol caído frente a la entrada de la propiedad.

- Ahora que tienes lo que buscabas, muéstrate agradecido y no falles. Haz lo que se te ha dicho. Dile a tu gente que esperamos ver muestras de fidelidad.

Moisés afirmó en silencio.

- Ve y diles que tengan cuidado con lo que hacen. El Señor es bondadoso pero castiga a quienes no se muestran a la altura. ¿Me entiendes?

- Perfectamente, Señor -, dijo Moisés y dio una larga fumada a su cigarro.

- Diles que si alguno de ustedes falla de manera involuntaria, el Señor hará que lo traigan a punta de cuerno de chivo, lo llevarán al patio donde está la noria y ahí le agujerarán las tripas. Luego lo colgarán de la boca del pozo para que se desangre, y para que los zopilotes se lo coman desde las patas, espectáculo que gusta al Señor.

Moisés esta vez no habló, ni afirmó. Dio a entender que comprendía con un brillo tímido en los ojos, mientras su cigarro se consumía lentamente.

- Si alguno de ustedes falla a propósito, o por imbécil, se le hará traer a punta de cuerno de chivo y será llevado al patio de la noria. Le serán arrancadas las uñas de pies y manos, y la piel de la cara a jirones para darlas de comer a los gallinazos frente sus ojos pelones. Luego será colgado de la boca del pozo para que se desangre y los zopilotes de lo coman desde la planta de los pies, porque al Señor le gusta ver por su ventana las parvadas carroñeras bajando día y noche desde el cielo ardiente.

Moisés pasó saliva y tuve el coraje de afirmar con la cabeza de manera casi imperceptible. Pensaba en por qué tenían que haberlo enviado a él, a que le detallaran las horribles venganzas que sufriría en caso de que el acuerdo entre sus jefes no funcionara.

- Si alguno de ustedes me roba parte de la mercancía, o intenta entregarme, o me quiere ver la cara de pendejo de alguna manera, a punto de cuerno de chivo será traído hasta aquí junto con sus compinches, y las madres, hermanas e hijas de cada uno de ellos. Serán todos llevados al patio de la noria, amarrados y puestos a salar al sol durante dos días enteros, antes de abrirles las tripas para embarrar la piedra del pozo y llamar a los zopilotes, que vendrán a comérselos poco a poco comenzando por el ombligo, para que el Señor pueda ver ese espectáculo que tanto le gusta durante varios días con sus noches. ¿Estás entendiendo, Moisés? Y además, iremos a buscar sus casas, y les prenderemos fuego…

Moisés pensaba que debió hacer caso a su madre y quedarse en el rancho ayudando a su padre con el tractor. Quería salir de ahí cuanto antes, pero el Señor no dejaba de mirarlo con esos ojos que parecían garras de cuervo, encabronados desde ahora a pesar de que acababan de firmar un acuerdo importante. Alrededor de ellos, en la amplia finca callada y verde, un ejército disimulado entre los muros y autos vigilaba la conversación.

- … y a los traidores, luego de que los hayan desangrado los zopilotes, les cortaremos la cabeza y la arrojaremos junto con un mensaje al interior de alguna comisaría, o de un restaurante donde esté comiendo el hijo de puta que los sobornó, y traeremos después a todos los del bando contrario hasta la noria, para colgarlos vivos de las patas y que se los coman los zopi…

- Sí, Señor, esa parte ya me la explicó, entiendo perfecta…

- ¡Cállese el hocico y déjeme hablar! ¿O qué, no quiere regresar vivo con su gente y darles la buena noticia?

Estas son las instrucciones que dio el Señor al pobre campesino Moisés, para que las llevara a sus colegas, sobre la banca hecha de un tronco caído a la entrada de la finca más protegida del país.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tas negro negro, compa Lhé, Andelé, Corralé.

Asi debio escribir Poe en su tiempo se me hace, quien sabe?

Lo disfruté como algun poema de Baudelaire o de algun otro maldito.

Y ya mejor me callo.