14.6.06

En la visita que nos hizo ayer, Guadalupe Nettel nos contó una historia. Una araña y un ciempiés se encuentran. La araña, sorprendida al ver tantos pies, pregunta: "¿pero cómo haces para caminar con tal cantidad de patas? Yo sólo tengo ocho y apenas puedo coordinar mi marcha". El ciempiés reflexiona un poco, y se encoge de hombros - por cierto, ¿cuántos hombros tiene un ciempiés? -. La araña se va finalmente, y deja a su compañero pensando en la pregunta. Cuando por fin el ciempiés decide retomar su camino, la conciencia de todas sus patas le cae encima de golpe y le impide avanzar un sólo centímetro. Nettel nos contó que algo parecido le sucede al intentar escribir un texto preconcebido por entero. Le hace falta dejar correr la pluma, olvidarse un poco de que está escribiendo. No tomárselo tan en serio. El símil con el ciempiés no es tal vez casual, si tomamos en cuenta que a Nettel le tomó ocho años terminar su novela "El huesped". Novela que, de creer a Martín Solares, los marcianos encontraron entre las ruinas de un mundo postapocalíptico, sin saber si se trataba de una cajita musical, una casa miniatura o un reloj de cenizas. Nunca supimos qué marciano le está filtrando información a Martín, pero no nos importó mucho, porque estábamos muy contentos celebrando que por fín, luego de tanta ausencia, volvió por estas tierras. ¡Bienvenido Martín!

1 comentario:

Anónimo dijo...

felicidaes Miguel, que modestia este hobre, cuenta cuenta, que cuenta el cuentista? LA NOvedad del taller, que buena noticia te trajo mrtin? te ejo a ti el honor
Pintura