4.11.05

Todo es leña para el fuego político.




Francia tiene, hoy más que nunca, miedo de dejar de ser la Francia que dejó de ser hace ya muchos años. Sarkozy llega y se hace su fogatita. Promete a diestra y siniestra que él tiene lo único que hace falta para hacer que ese pasado que se cree aún presente, ese presente-pasado (¿presado?) no se les vaya de las manos. ¿Qué cosa? La voluntad de decir la verdad: todos esos extranjeros e hijos de la inmigración, inadaptables y fracasados, deben aclimatarse o... y actuar en consecuencia. ¡Claro! Cómo no lo habíamos pensado antes.
Y hete aquí que todos aquellos que se sintieron aludidos, ¿cómo llamarlos?, ah sí, también franceses, se enojan y hacen a su vez su fogatita. Casi 500 automóviles y unos cuantos contenedores de basura incendiados en una semana.
Como la cosa no está para dejarse impresionar, todo mundo en el gobierno hace tambien su fogatita. Con tanto fuego alrededor, sólo basta con juntar una brasita y echársela a lo primero que se ponga enfrente.
Total, el invierno se acerca y hay que calentar a los viejitos, que luego nos los dejan solos, y se pueden resfriar. Un poco de solidaridad, carajo.

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